miércoles, 30 de junio de 2010

¿Ser o estar?

Hay una gran diferencia entre “ser ama de casa” y “pasar mucho tiempo en casa”.
El problema se presenta para quien no elige esta digna profesión; y se aburre, peor aún se desespera y eso genera aburrimiento que a su vez desespera y aburre; es un círculo vicioso que solo se frena con un whisky doble a las tres de la tarde.

Esta capacidad de aburrimiento está basada en que cuando uno se enfrenta con esta situación, no está preparado para ella y se vuelve una inútil que no encuentra el sentido de la vida ni cocinando, ni limpiando, ni lavando ropa y muchísimo menos doblando y guardando esa ropa limpia (que algunos creen que es por designios mágicos de la naturaleza que siempre está limpia, doblada y guardada, ¡los envidio!).

Tampoco hay una satisfacción plena acomodando roperos o arreglando plantas, aunque debo reconocer que esto último me entretiene un poco más.

Las personas que pasamos mucho tiempo en casa atravesamos distintas etapas.
Primero nos entra una alegría inmensa, ganas de estar sola en casa y querer hacer y deshacer a tu antojo y te sentís la novicia rebelde saltando por la pradera; dura unos 3 o 4 días (siendo generosa). En realidad depende del caos, o sea el tiempo que te lleve acondicionar el lugar.

Después entra una gran incógnita, ¿ahora qué?; te sentís el acertijo, ¿ésto cómo sigue?; sos servicial, atenta, te fijas que hay y que no, que se necesita, qué hace falta para estar a gusto en la morada; pero del todo no te convence, hay algo raro. Esto dura unos 3 días o menos, si pasan más es porque te gusta.

La tercera etapa es cuando se corre el telón y te das cuenta que ¡ya está bien!, pusiste las reglas, creaste tu imperio, tu reino, ahora hay que mantenerlo; pero resulta que estás en contra de las monarquías. No todo está perdido. Todavía te queda un instante de lucidez de cuando no estabas tanto tiempo en casa, convocás una consulta popular con los habitantes del hogar y se decide socializar las tareas, ¡de puta madre! Esto dura unos tres días, hasta que te das cuenta que si encima compartís la actividad no tenés un carajo que hacer y te aburrís más; ¡¿qué se hace?!

Lo último que queda es mandar todo al carajo, no te importa nada. Pensás todo el tiempo en la manera de salir, tenés nostalgia de cuando pensabas en más cosas que el precio del jabón para la ropa o el color de pintura de la pared del salón; no te preocupa la heladera vacía, ni la ropa sucia. ¿Qué se hace?

Creo que la diferencia con ser ama de casa es que se disfruta de esos momentos de limpieza, orden, llenar las alacenas con provisiones, ver la novela.
Y el punto está en que creo que deberíamos aprender a relajarnos en algunos momentos (me estaré ablandando ante el enemigo?); después de todo, cuando se vuelve a una rutina laboral retribuida igual te tenés que ocupar de todo eso; o sea, “ser o estar”, a efectos prácticos termina siendo lo mismo.



martes, 22 de junio de 2010

Crónicas de un extranjero. Parte 4.

Cuando uno cambia de país y se radica en una ciudad como Madrid, sabe que se va a encontrar con un crisol de razas, religiones y costumbres. Obviamente, uno intenta adaptarse lo antes posible saliendo a divertirse por las nochecitas madrileñas.
Claro que las salidas más normales uno supone que serán a boliches, pubs, bares y demás sitios conocidos por todos.
Lo curioso es cuando el Ayuntamiento de Madrid (que viene a ser como el Gobierno de la Ciudad) te organiza el fin de semana. Y de este hecho sorprendente puedo darles dos claros ejemplos.

Primero, la llamada “Noche en Blanco”. Consiste en dos días (viernes y sábado) en los que permanece todo abierto para todo el mundo. ¡Gratis!. 
Y con “todo” me refiero a bares, boliches, museos, teatros, conciertos y espectáculos varios.
Podríamos resumirlo en: “¡Blanca para todos!” ó “Sexo, droga y rock and roll”. Y obviamente gente dada vuelta hasta las 12 del mediodía, vómitos por donde camines con bellas durmientes sobre ellos. Son los días del “vale todo”.

Segundo, la fiesta del "Orgullo gay”. Otra vez las plazas llenas de barras y escenarios, con fiestas hasta las 10 de la mañana. Digamos que gente + gente + gente + gente.
Este evento consiste en una semana de festejos que termina el sábado. En éste día bendito, a la tarde, hay un desfile de carrozas. La procesión va por el centro neurálgico de la ciudad, millones de personas agolpadas para ver a las carrozas con sus reinas a bordo. 

Por la noche de ese mismo glorioso día, todos esos millones de personas que se apretujaron en las calles, ahora se dirigen al barrio consagrado como el “barrio gay”: Chueca.
La verdad que el barrio está buenísimo. Es tal la cantidad de gente que no se puede andar cerca del escenario. 

¡Dos fiestas recomendables 100%!


lunes, 14 de junio de 2010

Mundial

Y si, iba a llegar el momento...
Lo ignoré, cambié de canal cada vez que aparecía una publicidad, entrevista o mención al respecto, desconozco el himno, pero el día llegó.

Empezó el mundial, me enteré que el himno lo cantó Shakira (iba a comentar pero no es necesario, no?). No tengo nada más que decir...

Realmente no es que quiera que se mueran todos y en primer lugar los fanáticos insoportables; y que justo cuando se esté por patear el gol que defina el último partido la tierra cambie de eje y al balón le salga una cuchilla que justo la tenga que parar Maradona con el pecho y ups!, lo atraviese y no haya manera de curarlo porque como la tierra cambió de eje, nadie va a saber dónde están los médicos y mucho menos en Sudáfrica, pero justo va a llegar Mandela y va a volver la tierra a su lugar, declarará los mundiales anticonstitucionales, y se va a auto-proclamar Dios y como no puede haber dos dioses a Maradona le da un infarto ahí mismo con el puñal-balón clavado todavía en su pecho, y todo el mundo va a dejar de hacer lo que está haciendo porque va a ser ilegal.

Sé que va a ser un final triste y desalentador para todos, realmente lo siento, menos mal que no tengo que hinchar por ninguno de los dos países, uy!, qué estresssss, ya no sabía como iba a hacer...
¡Aguante Mandela!


jueves, 10 de junio de 2010

Consejos para tener levante/ligar

Antes que nada tienen que prestar mucha atención al color de la ropa.
Por ejemplo: si te vas a poner “rosita”, tenés que saber que significa que buscas novio, te querés casar y tener por lo menos cuatro hijos; en cambio si usas rojo, lo único que querés es sexo.
En él, también tenés que prestar atención al color que lleva. Si se viste de azul o negro, es un hombre seguro de sí, en el que podés confiar, el tipo que le podés presentar a tus padres; en cambio si se viste de amarillo o verde, es un payaso. El tema es si está combinado, sacas la calculadora y hacés un porcentaje de cuánto lleva de cada color, el que predomina te da seguro la personalidad.

El perfume es importante, tiene que ser aroma a canela o vainilla, tenés que oler como un postre. Así que antes de salir llenas la bañera con vainillas Capri molidas, te tiras esencia de vainilla y te haces milanesa como si estuvieras en la playa, después te vestís y salís a levantar.

Si salís con tus amig@s, es muy importante que en algún momento te alejes del grupo y te quedes sola, te vas (dos o tres horitas) a la puerta, a otra mesa, al medio del salón, a dónde sea.
Si estás parada sola en la barra, nunca contra la pared, siempre en el medio de la barra, siempre tenés que ser el centro de atención.
Si estás en un boliche te paras en el medio de la pista y empezás a moverte agitando los brazos (como los muñecos inflables que anuncian “garaje disponible”) y gritas cosas, cosas que llamen la atención como: “soy virgen!”. Bailas sola arriba de la mesa o en la barra; alguien se te acerca seguro! (y no sólo el patovica para sacarte).

Es muy importante estar parada con los pies separados unos 30 centímetros un pie de otro, flexionando las rodillas, como si fueras una pistolera que va a disparar o un arquero a punto de atajar un penal; eso demuestra seguridad, que estás bien parada ante la vida.

Reíte mucho, que se note que te divertís, que sos canchera y buena onda. Nada de chicle en la boca porque demuestra ansiedad, además te lo podés tragar con la risa.

Cuando ves a alguien que te gusta, lo miras a los ojos fijamente y te reís; al mismo tiempo te mostrás indiferente como si no te importara, que no se de cuenta que estás desesperada y te le querés tirar encima, lo ignoras pero que sepa que estás ahí, no te olvides que a ellos les gusta conquistarte, hacete la difícil.
Si se acerca a hablarte hacele preguntas abiertas que demuestren tu interés hacia él, nunca hables de vos! Preguntas como: ¿siempre venís acá?, ¿estás solito?, ¿de qué signo sos?. Nunca pero nunca hables de vos, guardá el misterio, le contestas esquivando lo que quiere saber, le haces propuestas que no pueda rechazar: ¿queres un trago?, solo un hombre en rehabilitación de Alcohólicos Anónimos rechaza un trago; y si diste con uno de esos, alejate y busca otro.

Estos consejos no pueden fallar: te movés como un muñeco inflable, parada con pose de arquero esperando un penal, vestida de rosa cual copo de nieve gigante, con vainilla pegada en la cara, gritando “soy virgen”, riendote sin parar y mirandolo a los ojos fijamente. ¿Una imágen conmovedora, no?

Se los sintetizo en 7 consejos generales:
Primero, caminar erguida sacando pecho, como en un desfile militar, vas marchando al ritmo de “Avenidas de las camelias”, mirando fijo y riéndote
Segundo, si notás que te está mirando las tetas te colgás un cartel que diga: “puto el que no mira a los ojos”.
Tercero, acordate de los colores a la hora de tu ligue.
Cuarto, abulta lo que querés que se note más, pushup en el corpiño (ojo!, después no te podés colgar el cartel, no seas histérica tampoco...), hombreras en la bombacha y levantas glúteos, etc. Sean creativas en el arte del resaltamiento.
Quinto, usá accesorios a la vista, muchos collares, pulseras, anillos, muchos tatuajes (si no te querés marcar para toda la vida usá los de los paquetes de papas fritas).
Sexto, siempre muy bronceada, que parezca que estuviste esquiando, si no te da para cama solar usa crema bronceadora aunque quedes color zanahoria.
Séptimo, salí con gente más tarada que vos, si no conseguís un idiota más idiota que vos apadrinas a alguno de un cotolengo y lo sacas a pasear, siempre sacando pecho mientras empujas la silla de ruedas.

Suerte y ya saben, si no ligan es porque no las merecen.




martes, 1 de junio de 2010

Tribus 6. El graciosillo

A ver si te reconoces dentro de este pequeño muestrario:

El graciosillo disfruta describiendo con acidez las características de otras tribus. Pero en cuanto se siente criticado te lanza demandas, abogados y fiscales por sentirse agredido moralmente.

Lema: "Qué poco sentido del humor tienen algunos"
Tribu: Todos nosotros