miércoles, 27 de octubre de 2010

Un poquito de memoria, no?

Hace unos días que estoy viendo unos documentales sobre la historia de mi país.
La verdad que no fue muy distinta a la de otros de Latinoamérica: expolio absoluto y falta de memoria a lo largo de la historia.

En eso estaba cuando vi a un gaucho y me acordé que mi abuelo (italiano), cuando yo era una niña y llovía, me recitaba una “copla gaucha” o “verso gaucho”; que a su vez él había leído cuando era jovencito por lo que siempre lo terminaba: “hasta ahí me acuerdo yo, era muy largo”.
Creo que me acuerdo de una estrofa, a lo sumo... Y como no quiero olvidarme de eso, les envié un e-mail a mis hermanas para saber si ellas recuerdan algo más.

Con todo esto me estuve preguntando algunas cositas: si yo no me acuerdo de una tontería que me decía mi abuelo y que pasó hace unos 25 años; ¿por qué pretendo recordar y contar la historia de mi país, que solamente leí y no viví?. ¿Y si para mí es tan difícil, por qué pretendo que la gente tenga memoria histórica? (en cualquier país).
A lo mejor es una súper tontería porque estoy mezclando algo muuuuy personal con apenas algo personal. No sé, cosas que uno piensa...



martes, 19 de octubre de 2010

Estafa de alquiler

Sí señores, nuevamente me he topado con una estafa.
¿Me persiguen?, ¿las busco?, ¿son muy hábiles y yo muy boluda?, o la gente no sabe qué inventar para ganarse el mango. Quiero creer que lo último, actuando bajo estado de desesperación selvática.

Esta vez buscando piso para alquilar, el nuestro se nos va de precio y parece que hay que emprender la retirada, ojo! por la puerta grande (porque el balcón está a 7 pisos y no dá...) y con la frente alta.
Hice lo que se suele hacer en estos casos: visitar inmobiliarias del barrio, entrar a distintas páginas web, hablar con amigos, concertar entrevistas, mandar mails, ver los pisos y empezar a descartar cuchitriles en los que no cabe una persona de 1,78 cm.

Aparecieron dos pisos de lujo, pero sin exagerar que eran de lujo. A muuuy bajísimo precio para lo que es el piso: tres habitaciones grandes, un salón enorme, dos baños, sistema domótica (un sistema de casa inteligente, que lo único que le falta es leer tres o cuatro periódicos por la mañana, analizarlos y darte las conclusiones socio-políticas y económicas del país que prefieras). Todo a nuevo, podía elegir con o sin los muebles (aunque la decoración era increíble), total 130m2, y lo mejor de lo mejor: en el precio incluía luz, gas, internet, agua y triturador de basura! ¡Qué pasada!

Rápidamente les mando un email a los contactos que decía la página (Lucía Fernández Porras y Natividad Fernández Arenal), demora bastante en contestar asique lo empiezo a dar por perdido, porque con lo bueno que está le deben haber llegado dos mil mails (única forma de contactar). Pero con mi habilidad e ingenio, les vuelvo a mandar otro, esta vez como si fuera “mi compañero” y comentando su situación laboral (porque con la mía no me alquilan ni una manta, abajo del puente de Vallecas, tapada con un cartón, un día de lluvia...).

Recién al día siguiente por la noche me responde Lucía contando otra vez las características del piso y agrega: “Fue mi casa hasta hace 2 años cuando me casé y me mudé con mi esposo en Italia, su país de origen. Desde entonces he dado el apartamento en alquiler a una familia joven que,hace poco, por motivos personales tuvo que trasladarse de ciudad, por lo que ahora necesito a alguien para ocupar el apartamento.”
Vuelve a hablar del precio y todo lo que incluye y ahora dice: “El apartamento esta libre y se puede mudar allí en el mismo día que usted recibe las llaves. El único problema es que soy la única que tiene las llaves del apartamento y en este momento me encuentro en mi casa de Italia, pero estoy segura que si esta interesado vamos a encontrar una solución para que usted reciba las llaves lo antes posible y que firmemos el contrato de alquiler”.

Hasta acá todo muy bonito, encima la dueña en Italia no podría ser mejor. Inmediatamente le respondo que me sigue interesando, pero que si no lo veo no lo creo. O sea, sin ver el piso no firmo nada.
Empezamos a ilusionarnos y a comentar distintas maneras para volver “tarada” a la “inteligente”; cuando al día siguiente “mi compañero” recibe una respuesta, esta vez de Natividad, con exactamente el mismo, el mismísimo cuento, lo único diferente fue dónde estaba situado el piso.

En un rapto de lucidez pensé que a lo mejor fueran hermanas, las dos se llaman Fernández, un segundo mas tarde descarté esa teoría, hasta mi sobrina de cuatro años me hubiese dicho que eso era una estafa. Justo las dos hermanas se casan con un italiano al mismo tiempo?!, y los inquilinos se van del piso en el mismo mes?!, muy sospechoso.
No hubo movimientos y lo empezamos a olvidar cuando recibo un nuevo correo de Lucía contestando el mío que decía nuevamente las características, precio y condiciones de ingreso y además: “Con respecto al recibo de las llaves y la firma del contrato de alquiler, pensé que la mejor opción para resolverlo pronto es que yo acuda a una agencia que se encarga de transportar paquetes y que también nos puede ayudar con el contrato de alquiler. Así yo le puedo enviar las llaves y el contrato firmado por mi y la agencia se las puede hacer llegar dentro de 2 días y junto con el representante pueden visitar el piso. Si les gusta y están conformes con él , en ese mismo momento el agente de la compañía les hace firmar el contrato de alquiler, pero si no están satisfechos con el apartamento, no hay problema , el agente encargado me trae de vuelta las llaves y ustedes están libres de cargas. Si les interesa mañana mismo iré a la compañía para dejar las llaves y el contrato. Por los gastos de la agencia no se preocupen, yo pagare los servicio”.

Y otra vez empezamos a pensar si es cierto o no.
Si fuese cierto ya lo hubiese alquilado a uno de los que llegó antes que yo, no sería tan amable en esperarme y encima enviar a alguien sin garantías de que firme.
Por otro lado, si me pidiese la fianza anticipadamente, bueno se queda con la guita y nunca me llegan las llaves, pero así no me termina de cerrar la estafa, lo único que se me ocurre es que el tipo de la agencia (que debe ser el mismo que escribe los mails) me da unas llaves falsas y no puedo volver a entrar; ó cuando me voy cambia la cerradura; ó tengo que vivir con cien tipos más que alquilaron el piso igual que yo, de todos modos las habitaciones son grandes.

Por mi parte no hubo respuesta, me quedé perpleja y desilusionada (nota mental: recordar que debo dejar de creer en cuentos de hadas, madurá!). Todavía no sé si denunciarlos y ser el cebo; ir a ver el piso para saber si es real; contestar el mail; no sé...

“Mi compañero” le contestó el mail con un sentimiento compartido “que se vayan a timar al coño de su madre!”.



lunes, 11 de octubre de 2010

La venganza, sin querer queriendo.

Quien alguna vez no haya sido víctima de esas odiosas llamadas telefónicas vendiendo “algo”, debe considerarse un afortunado bendecido por la gran mano visible de Telefónica, amén.
Cuando a mí me ocurre esta desgracia (bastante seguido para mi gusto), intento cortar enseguida; pero suelen ponerse pesadas ó hasta insolentes. Me llegaron a decir, “usted se contradice, quiere un teléfono móvil con internet pero no quiere pagarlo”, a lo que respondí casi enfurecida “no, no me contradigo. Quiero un teléfono con internet el día que lo pueda pagar, de momento no quiero nada; la que sigue insistiendo sos vos, yo no te llamé!”.

Hubo una de estas chicas que marcó un antes y un después en mi vida. Llegó una factura de más de 200 euros de móvil, decía que se habían realizado conexiones a internet y llamadas desde Estonia y Marruecos. Lo más curioso era que en el mismo día de manera sucesiva pasamos por Estonia tres veces y volvíamos a Marruecos; o sea, íbamos a Estonia una llamada, Marruecos conexión a internet, vuelta a Estonia, y así tres veces al día, durante 5 días. ¿Resultado?, una fortuna!!!; sin sentido por completo.
Cuando llamamos para reclamar, después de cuarenta minutos la entrañable muchachita nos dice “pero es que Estonia está cerca de Marruecos”; y ahí vi todo muy claro, se me reveló un nuevo mundo, confirmé mis sospechas esta gente es bastante “cortita” y tienen menos sutileza que un elefante en un bazar. Continuó con un “no querida!, un poquito de geografía, Estonia está a tomar por culo de Marruecos” (utilizando el nombre de países como si fueran calles) y responde: “lo que pasa, que es la misma tarifa”; ahora sí!!!! ¿Qué credibilidad puede tener esta inocente criatura del señor después de la primera burrada?

Hace unos días me llaman para que cambie mi móvil. Enseguida mostré interés porque realmente quiero cambiarlo (está a punto de finiquitar), y le dije que no me alcanzan los puntos para el que quiero, “y usted cuál quiere”, preguntó. “Si me esperás un segundito, entro a la página y te digo qué modelo es”, obviamente me dijo que si y esperó. La página no cargaba y me estaba poniendo nerviosa pensando que la pobre chica hacía cinco minutos que esperaba, entonces le dije que me espere que no cargaba la página... y me iluminé!

Debo confesar que nunca se me ocurrió una venganza contra este sistema de llamadas, ventas y esperas que nunca resuelven nada, pero el destino me lo sirvió en bandeja, logré que esperara media hora haciéndome la simpática, pidiendo disculpas y mostrando interés, lo mismo que hacen estas empresas cuando uno llama. No tengo que explicar mucho más, la pobre infeliz dijo que me volvería a llamar en dos meses, en realidad creo que tachó mi numero y al lado escribió “loca, no llamar”; ¡qué satisfacción!



martes, 5 de octubre de 2010

Crónicas de un extranjero. Parte 6.

(viva la burocracia!!!)

Y una vez más me encuentro frente a una oficina pública. Y pienso: es el destino; ¡no!, es ser parte del sistema.
En este caso, el “temita” tuvo que ver con quedarme sin trabajo y querer cobrar “el paro” (lo que en Argentina sería el seguro de desempleo). Pero esta crónica sería muy sencilla y rápida si les contara lo que allí ocurrió; así que me voy a remontar a la semana anterior al bendito trámite del paro.

Todo empieza el 1 de marzo, ése mismísimo día me quedo sin trabajo y decido mudarme. ¡Muy bien!, todo va viento en popa. Decisiones que van y vienen en la vida. Ahora si, voy a apuntarme al paro.
Oh, no!; no hice el cambio de domicilio!
Pasemos entonces por la oficina de empadronamiento para hacer el cambio de domicilio, para apuntarme al paro, para cobrar lo que coticé con mi trabajo, el sudor de mi frente, el cansancio de mis piernas y las ganas de partirle la bandeja en la cabeza a más de uno.

Bien, me registro por internet y tengo cita para el trámite en dos días.
Ahí estoy, lo de siempre: muchos empleados y los trámites más extensos los atiende una sola ventanilla.
Llega mi turno, y a pesar de saber que va a llegar; cuando llega, es como si ganara el gordo de navidad y te sentís Marilyn Monroe cantando el cumpleaños feliz al presidente, todo el mundo te mira y piensa: "ojalá que se apure".
Claro que eso de apurarse es muy relativo, todo depende de ése ser tan amable que te toque en suerte,  la Empleada Pública
EP- un momento que estoy esperando una llamada. Lo siento, pero debo atender.
Yo- si, como no.
EP- lo siento, ahora si.
Empezamos bien, pensé. Si la dejo que cumpla a medias con su trabajo de empleada pública y no me quejo porque atiende el móvil, seguro que me soluciona el tema, porque siempre hay algo que solucionar, lo sabemos.
EP- usted no puede hacer el cambio de domicilio
Yo- pero estoy autorizada por “A” que vive allí
EP- si, pero al Ayuntamiento de Madrid, no le consta que “A” viva ahí. En ese domicilio vive solo “B”.
Yo- no, “B” no vive ahí; vive “A” conmigo, estoy segura.
EP- entonces la tiene que autorizar “B”
Yo- Pero “B” no vive ahí, vivimos “A” y yo. (Otra vez, no se me ocurrió nada nuevo, solo la realidad).
EP- entonces tiene que figurar en el contrato. ¿A nombre de quién está el contrato?
Yo- A nombre de “A”, que es el que vive ahí conmigo.
EP- Primero tiene que autorizarla “B” y después figurar en el contrato
Yo- “B” no está, se fue, se murió, desapareció, no está ni vivo ni muerto.
EP- entonces que la agreguen en el cont.... bla, bla, bla...

Idas, vueltas y carreras de por medio, figuro en el contrato con “A”. Vuelvo a la semana siguiente y de nuevo:
EP- “B” es el que vive ahí, ¿dónde está?
Yo- yo que mierda sé dónde y cómo está “B”, si no vive ahí!!!. Ahí vive “A” conmigo, lo dice el contrato, se acuerda????. Soy la loca del contrato que mandó a matar a “B” y se apoderó de su domicilio.
EP- entonces va a tener que echar a “B” y viviría usted sola en ese domicilio.
Yo- bueno, está muy bien, vivo yo y a la mierda con “A”, “B”, “EP” y la re-concha de su madre pública que no entiende o mejor dicho “El Ayuntamiento de Madrid” es el que no entiende.
Muy bien!, tengo nuevo domicilio!

Ahora si, a apuntarme al paro... dios mío, me duele la cabeza de pensarlo.
Tengo dos lugares en la misma calle, pero el nº15 y el nº17. Pero, ¿cuál es?
Los dos: primero pase por el nº 15 y apuntese ahí como demandante de empleo y vuelva acá que es el nº 17, que hoy no la vamos a atender pero nos va a tener que contemplar cómo “trabajamos” durante dos horas, para que le digamos qué documentos necesita para apuntarse al paro. Y, aunque usted tenga todos los papeles aquí no la vamos a atender hoy, porque aunque usted sea la última y no tengamos nada más que hacer la atenderemos mañana o cuando usted decida volver y esperar otras dos horas.

Puede ser que no me hayan dicho eso con textuales palabras pero fue lo que pasó.
Estoy olvidando un pequeño detalle, para apuntarme al paro tiene que ser dentro de los primeros 15 días hábiles desde que no trabajo, es por eso el apuro. Y con tantas idas y vueltas me quedaban solo 5 días, y si después me piden un certificado de autenticidad de la embajada (la que sea) que demuestre mi paro y el de mis antepasados, ¿qué hago?
Así que, mejor vuelvo mañana mismo. Y así fue...

Abren a las 9, a las 8:15 estaba en la puerta, rodeada de gente encantadora que habla a los gritos cuando hace una cola para hacer un trámite y quiere llamar la atención.
Obviamente, mi cara era de un muerto en vida a esas horas, así que gracias a mis pocas pulgas, nadie me hablo, diría que nadie se me acercó.
Una vez adentro saco "el numerito" y a esperar.
Otra vez, los mismos empleados:
La vieja que solo informa (ya estuve con ella ayer).
El pelado copado, cuarentón y ganador.
La gorda tetona con vos de lora enjaulada.
El depresivo con el último botón de la camisa abrochada, camina encorvado y usa chaleco con rombos: al borde del suicidio.
La chica jovencita (que parece “normal”) que se la pasa mandando mensajes de texto.
El manco, bah... en realidad tiene una malformación y por eso le falta una mano. Pero atiende con respeto y toda la onda, ojalá me toque ése.
La loca. Tiene todos los tics que un ser puede tener, es ultra delgada/chupada. Se viste como si tuviera 70 años hace 70 años. Se para y se sienta constantemente en el borde de la silla; se arregla el pelo cada dos segundos (que empieza a desarreglarse con tanto arreglo), tartamudea y pestañea a la vez. Si le hacen una pregunta aletea como una gallina que parece que va a levantar vuelo. Mueve el monitor y se acomoda los anteojos. Y todo eso a la vez!!!!! Digno de ver.
¡¡¡Me toca!!! Otra vez soy Marilyn, pero intentando llegar hasta el escritorio mientras atravieso una horda de gente que incluye muchos viejos, mujeres, carritos de bebés y etcéteras.
Y me va a atender la loca, no puedo pensar mal, pobre mujer. Uy dios!!! ni bien llego con mi nº9, ya había llamado al nº10.
Le entrego los papeles y aparece el 10 diciendo: “tengo el 10”.
Loca- es que ella tenía el 9, espere que ahora lo atenderemos.
Revisa mis papeles mientras los acompaña con sus tics, busca algo en el ordenador, cierra mi carpeta, me la devuelve y dice: “lo lógico es que lo atienda a él que tiene el 10”.
10- (se ríe y dice) no hay problema, espero...
Yo- (que la miraba sin saber que también tenía tics en las neuronas y sin imaginar que algún día iba a discutir con alguien por el lugar en una cola, le digo) pero yo tenía el 9 y usted me llamó
Loca- pero tardó en venir
Yo- si, pero no estaba en el club, estaba tratando de pasar entre toda esa gente!. (Debo reconocer que mi respuesta fue un poco insolente y elevada en volumen).

Se ve que la loca no tolera eso porque aumentó la velocidad de los tics y se dedicó a mirar el monitor fijamente mientras esperaba que me fuera. Yo la seguí mirando pero no hubo caso...
10 largó la carcajada cuando le digo: pasa vos que parece que le colapso su sistema numérico también...
Yo parada frente a su escritorio la miraba fijamente con odio. A esta altura, el resto de los energúmenos, iban por el 16.
En cuanto el manco se liberó me abalancé sobre su escritorio: “podrás atenderme?, tengo el número 9 y tu compañera decidió postergarme”.
Gracias a dios mi mala onda le causó gracia porque me hizo el trámite en tres minutos; aunque no sé si me lo habrá hecho bien porque todavía no cobré nada.