miércoles, 25 de agosto de 2010

Crónicas de un extranjero. Parte 5.

(y me puse filosófica...)

Cuando uno se traslada a una ciudad como Madrid, sabe que la comunicación con quienes a convivido durante los últimos años se va a tornar un poco difícil; y no por falta de medios, más bien la diferencia horaria es un “problemita”.
Claro que desde hace más de cien años existe el querido teléfono y más recientemente su hijo bobo el móvil, que por un lado nos tiene hiper-controlados pero en mi caso nos ayuda a estar más cerca, minuto a minuto.

La pregunta es ¿cómo se hace para no perder esa rutina que nos caracterizaba?
Y la respuesta es que los verdaderos amigos siempre encuentran la manera.
Y así nace la historia de la famosa página de internet “Facebook”, casi por obligación cívico-moral y hasta obediencia de vida.

Surgen cientos de personas que se contactan con uno por distintos motivos. Y descubro que formo parte de una generación hiper-comunicada e hiper-informada que no se entera de nada porque evita hablar mirándose a los ojos. ¿Qué básico, no?
Uno empieza a ser un “Roberto Carlos” con “un millón de amigos” de distintas partes del mundo. Empezás a enterarte de sus vidas, y de historias que nos son ajenas por completo, pero que llenan espacios y tiempos que en realidad no tenemos.

Pero, ¿qué es lo que nos hace “abrirnos” tanto a seres virtuales?; ¿por qué la confianza con un monitor y no con quien tengo al lado?; ¿qué tipo de “seguridad” encontramos en estas relaciones?.
Un gran amigo (de carne y hueso) me dijo: “qué tipo de confianza te da ninguna relación”, además nos justificó a todos con: “pasamos horas delante de un monitor laburando, es lógico que también conozcamos gente”.
Claro que es cierto que el tipo que “conocemos” en un boliche, un bar, una reunión, o donde sea; en realidad no lo conocemos. También es cierto que por lo menos viendo la cara, la expresión y escuchando el tono de voz deja de ser un “nadie” para pasar a tener identidad, supongamos “el de anteojos”, “el de rizos”, “el de remera verde”.

Además, es cierto que pasamos horas trabajando con las pc´s, pero ¿conocemos al tipo que labura al lado nuestro?. ¿Es una forma de comunicarnos o de aislarnos más?, mientras seguimos creyendo que conocemos gente, que en definitiva son “nadies", o mejor dicho, somos “nadies”.
Asique para terminar con esta filosofía barata y zapatos de goma, hace varios meses que eliminé a los “nadies” y solo me quedé con los que corpóreamente conozco y verdaderamente me interesan.

No crean nada de lo aquí narrado. Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia.





miércoles, 11 de agosto de 2010

Orquídea. Parte 4.

Esta foto es de mi planta si diese flores; o sea, no es de mi planta, es de como me gustaría que sea o de como va a ser si no pasa a mejor vida.

Phalaenopsis, ése es el nombre de mi orquídea, hoy lo descubrí cuando la saqué de la maceta blanca para ponerle agua nueva porque olía a podrido; y en la maceta de plástico de adentro pone eso, y parece que la compraron en Ikea.

Me fui con este nuevo dato a la wikipedia (me apersoné en la ventanilla de Juan Carlos Wiki Pedia, tiene doble apellido) y parece que “es un género de las comúnmente llamadas "Orquídea alevilla", "Orquídea mariposa" y también "Orquídeas boca". Florecen 2 ó 3 veces al año dependiendo de su cultivo, su floración puede durar de 6 a 10 semanas (hasta 3 meses). La floración se puede forzar descendiendo la temperatura nocturna alrededor de 5 a 6 grados durante 2 a 4 semanas consecutivas, normalmente en otoño y temperaturas diurnas por debajo de los 29 °C."

Ahora bien, en esta ardua investigación, encontré un foro acerca de cómo cuidar la Phalaenopsis y una mujer en NO muy sano juicio escribió: “Carta de una Phal a su nueva mamá”; no lo iba a comentar dado que la información de Juan Carlos Wiki Pedia es mucho más científica y preferí su terminología a: “Hola soy una orquídea y me llamo phalaenopsis (mariposa), ya que vas a ser mi nuevo mamá te voy contar algo de mi y mi familia.. es muy fácil cuidarme... me gusta el agua templadita, que no tenga cal ni cloro. Si me puedes dar un lujo prefiero el agua de lluvia, pero si no, agua electropura etc... Parece que soy muy delicada pero una vez que te acostumbres a mi, ya veras lo bien que lo vamos a pasar. puedes contarme todos tus problemas te aseguro no se los voy a repetir a nadie, voy a estar muy calladita.”

No sé qué pensarán, pero cada vez que lo releo le pongo voz de mujer de programa de manualidades que hacen móviles con vasitos de yogur.
Obviamente, no me pareció que debería hacerle caso a alguien que se hace pasar por la madre de una planta, y encima le cuenta toooodos sus problemas. Tampoco me parece que deba bajarle la temperatura, a la noche, durante 4 semanas (aprovechando que estamos en otoño) para forzarla a dar una flor.

La próxima vez escribo sobre la vara seca y la maceta, espero no toparme con gente que se cree planta.
Qué difícil, por favor!!! Ojalá encuentre trabajo ya y me olvide de la orquídea.




martes, 3 de agosto de 2010

Orquídea. Parte 3.


Estuve investigando un poco y encontré “terapia de recuperación hidrotermal para orquídeas (raíces y hojas)” se trata de una historia súper compleja de un tipo que hizo un injerto porque las raíces estaban negras y la operó de ese “problemita”. La ató a una rama y después le daba unas pastis que venían a ser su medicina, le ponía unos focos especiales y las tapaba o algo así. El tipo un colgado tremendo, las llama “orquis” a las plantas, no como una que las llama “putas plantas”.
Además, ¡¿qué es eso de “hidrotermal?!”, ¡¿para una planta?!; ya quisiera yo ir a unos baños termales y estoy cuidando una plantita de los cojones.

Claro, es que justo me metí en un artículo de raíces y hojas, debería haberme metido en uno de flores. Lo que pasa es que ahorita mismo estamos en otoño, y está empezando a hacer un frío tremendo y no creo que tenga muchas ganas de dar una flor, yo no tengo muchas ganas de andar por ahí con el frío que hace; pero en mi casa estoy a gusto, ¿por qué esta maldita no está a gusto?. ¿Qué coño le hicimos?, ¡desagradecida!

De todas maneras voy a seguir leyendo el artículo del maniático porque mi orquídea tiene las raíces cada vez más afuera, ahora las saca de la maceta, se ve en la foto.
No dejo de pensar que está ahí rodeada de amistades ricas en descendencia, pero ella está triste. A lo mejor es que ella envidia a sus colegas, no sabemos. Estoy pensando seriamente en cambiarla de lugar, a ver si se siente una desubicada en su propia casa y decide regalarnos una flor.

Seguiré en esta ardua investigación y empecinamiento.