martes, 20 de julio de 2010

Orquídea. Parte 1.


Todo empezó cuando llegué a la casa en la que vivo actualmente. Un amigo dejó la orquídea y me dijo que seguro estaba muerta.

Tenía dos hojas verdes y dos tallos súper largos sin flor sujetados con dos brochecitos a una vara cada uno.
Siempre supe que es una planta muy complicada, muy cara, de buen gusto, digamos que de alta alcurnia; de esas que necesitan cuidados intensivos, charlas, psicoanálisis, medicación, etc.

Al poco tiempo me enteré que no se riega de arriba para abajo, como cualquier planta normal sin necesidad de psicoanálisis; a ésta hay que ponerle agua para que la chupe por las raíces, por capilaridad.
Eso es lo que vengo haciendo hace ya un año y medio; muerta no está, sigue con las dos hojas verdes y los tallos altos y ahora tiene como raíces que le salen por arriba, pero ojo! ¡No las riego!

¿Será que quiere una maceta más grande?; yo qué sé, es tan especial y sensible que no quiero tocarla mucho. A ver si se da cuenta del trato que tengo con las otras y lo toma a mal.
De momento, pareciera que todo sigue su curso normal, pero quiero que dé una flor. ¿Debería pedir una cita a un psicoanalista que además sea biólogo, botánico o vegetariano?

Acá la presento, ¿no parece triste no? A lo mejor depresión no es...



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1 comentario:

  1. no te zarpes con el agua (como hacías con las de Pasco...).Evidentemente le caiste bien, es una de las pocas del reino vegetal que te sobrevive.Lo tuyo eran los perros...quizás las cosas ya cambiaron.
    No la presiones, por ahi no quiera dar flores...no siempre una tiene ganas del glamour...

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