martes, 8 de febrero de 2011

¿Y qué si tengo manías?


No voy a decir que me enorgullezco de tener mis manías bien conservadas desde que recuerdo tenerlas. Pero tampoco voy a negarlas, porque son parte de mí y me las aguanto, y me las aguantan...

Así que basta de decir que es una cuestión de género, esto no tiene nada que ver con ser mujer, la diferencia es que nosotras las gritamos a viva voz, las defendemos y respetamos su lugar en el hogar;  y en algunos casos intentamos que el otro conviviente las asuma como propias.

No veo el problema de cerrar las puertas del ropero antes de dormir, un acto ínfimo y de buen corazón si se sabe que uno no puede conciliar el sueño pensando que un monstruo o fantasma podrá atacar en medio de la noche.

Y, ¿por qué no hacemos caso a las botellas de agua vacías?; ¿qué daño puede causar cargarlas antes de meterlas en la heladera y no meterlas sin líquido para que se enfríe el vidrio?.

Tampoco es tan terrible dejar la cocina sin platos sucios por la noche, sobre todo para que no huela a frito, churrasco o lo que sea; a las 8 de la mañana con el café.
En fin, no son taaaantas, pero existen, y aunque las defiendo me pregunto, ¿esto empeorará con el tiempo?




SI

3 comentarios:

  1. Me deja tranquilísima no ser la única que cierra bien las puertas del placard no por recomendación del Feng Shui sino por miedo a que salga un monstruo!!!

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  2. Sin duda, con los años esto se pone más pior. Daddy

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