martes, 29 de diciembre de 2009

Belleza personal.

Es cierto que a veces nos dejamos estar con algunos detalles que hacen a nuestro arreglo personal; y postergamos la depilación o el afeitado, el corte de uñas de manos y pies, arreglarse el pelo y esas cositas.

También es cierto que, generalmente, las mujeres estamos más pendientes del pelo extra en las cejas, el largo de las uñas y qué tan sedosa está nuestra piel.
Mientras que ellos, piensan que el pelo y las uñas son tejidos muertos y que los zapatos se encogen. No relacionan que no les entran porque tienen mejillones en lugar de uñas, y por eso calzan dos números más.
Lo mismo les pasa con las manos, ellos advierten algo raro cuando los miramos con miedo frente a una caricia; miedo a que nos saquen un ojo. Nuestra cara es de espanto, como si Johnny Deep en “El joven manos de tijera” (ó “Eduardo manos de tijera”) se acercara tiernamente exhibiendo sus afilados dedos.

Un detalle más importante que estos detalles belleciles es que, este aseo personal, es PERSONAL, PRIVADO, NO SE COMPARTE, y mucho pero mucho menos con desconocidos ¡¡¡en lugares públicos!!!

Por eso, al señor que subía conmigo en la escalera mecánica del metro le digo:
¡Hombre desagradable!, ¿es necesario que me tire el alicate tamaño familiar en el pie, para luego salpicarme con sus mugrientas uñas?
Lo peor es que debería agradecerle por cortarlas con el alicate y no con los dientes para luego escupírmelas encima.
GRACIAS!!!



2 comentarios:

  1. Y qué me dices de uno que viene con una sonrisa victoriosa de niño pequeño para lucir su corte de barba y de uñas recién estrenado!!! (Si, un niño pequeño con barba, suena raro pero es lo que hay...) Me mira y espera que le anime, y claro hay que alentar esos arranques de pulcritud con lo cual miro detalladamente con ojos como platos de “¡Que bien lo has hecho!” “¡Que orgullosa estoy de ti!”.
    Mientras estoy pensando que coño me importa, pero claro, eso no lo puedes decir sino en tres meses aparece por mi casa Robinsón-vagabundo-Crusoe...
    De repente, en el minucioso análisis, veo que la uña del dedo índice derecho destaca con las demás por casi un centímetro y pregunto: “Y eso? Es para tocar la guitarra? Para sacarse los mocos? Para rascarse?” Y...no, solo me contesta que no sea tan exigente, que se le ha olvidado, que cómo lo va a hacer bien todo de una vez... MUCHO CURRO!
    No es broma. Es muy triste.

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  2. Cómo se te olvida cortarte una uña si lo que estás haciendo es cortarte las uñas????

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