Una semanita de
vacaciones es lo mínimo que todos deseamos después de dos años
intensos... cuando se da la oportunidad, toca un poquito de ver a la
familia (no mucho...), y luego a repartirse entre los amigos... claro
que siempre pueden surgir imprevistos de tipo “quilombos
administrativos” que pueden arruinarte el principio de la
relajación...
El problema de
resolver esos “quilombos” es que uno va a las apuradas y pretende
que el cerebro actúe como si no estuviera empezando a relajarse, se
produce un “choque neuronal”... una parte de tu cabeza dice
“estoy de vacaciones” y la otra “tenemos que resolver esto”...
Y así es como se
producen los accidentes...
Nunca, nunca, pero
nunca; señores padres y madres de criaturas que aún no mueven su
cuerpecito a voluntad, digamos que hasta los cuatro añitos, nunca
jamás es aconsejable dejar al niño dentro del coche con la llave
puesta... y cerrado...
En el hipotético
caso que este lamentable hecho suceda, no intentar romper el vidrio
por los propios medios; podríamos lastimar a nuestro vástago... al
cabo de un rato de desesperación, lo mejor será llamar a
“emergencias”... después de todo, es una “emergencia”!!!
Un camión de
bomberos (8 hombres) y una ambulancia (4 hombres más), saben lo que
tienen que hacer... y el bebé no se entera de nada... claro que
después a una le tienen que hacer reanimación psicológica diciendo
“quedate tranquila que esto nos pasa todos los días”...
significa que una no es la única boluda en la ciudad...
Felices
vacaciones!
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