martes, 2 de marzo de 2010

Crónica de un extranjero de viaje. Marruecos 6.

Día 6
Ayer pensaba que todo había terminado en el autobús de vuelta, pero una vez más me equivoqué.
Por suerte teníamos el riad reservado con su correspondiente habitación doble. Pero ups!, tiene dos camitas. Asique salimos a buscar riad para mañana. La aventura concluyó rápidamente sin éxito. Nos metimos en las mismas calles que de día, pero de noche, sin luz, con gatos y olor a meo y las motos que se escuchan pero no se ven; es tenebroso, debo confesar que me asusté bastante.
Lo peor es que al llegar a las distintas puertas, no nos abrían.

Hoy a la mañana continuó la búsqueda del santo riad pero con luz. Al fin conseguimos dos para dos noches. Hubiéramos preferido que fuesen dos noches en el mismo. La vida nómade es un poco coñazo cuando hay que hacer y deshacer la maleta todos los días. Pero como no tenemos otra cosa que hacer; pues, se hace.
La tarde estuvo muy tranquila, y eso gracias a que es viernes y parece que a la gente la hacen rezar más o algo así porque había muy pocos puestos abiertos. Los pocos que estaban no cargosearon como lo hacen normalmente, muchos dedicándose a leer el Corán. Y en la plaza poca historia.

La habitación de hoy está buenísima, tiene una chimenea que Juanda intenta encender. Ojo!, también tiene aire acondicionado que ya encendí yo.
Mientras él sigue con su pelea con la leña, yo escribo y cuando termine voy a buscar la ruta para ir mañana a L'Ourika. Tenemos alquilado un choche para hacer el camino de montaña.
Creo que voy a hacerme la boluda un rato más, porque ahora le habla a la leña de “estrategias de encendido”. El pobre hombre cuenta con unos troncos enormes y tres velas, cuando lo logre ya tendremos que salir para L'Ourika.




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