martes, 22 de junio de 2010

Crónicas de un extranjero. Parte 4.

Cuando uno cambia de país y se radica en una ciudad como Madrid, sabe que se va a encontrar con un crisol de razas, religiones y costumbres. Obviamente, uno intenta adaptarse lo antes posible saliendo a divertirse por las nochecitas madrileñas.
Claro que las salidas más normales uno supone que serán a boliches, pubs, bares y demás sitios conocidos por todos.
Lo curioso es cuando el Ayuntamiento de Madrid (que viene a ser como el Gobierno de la Ciudad) te organiza el fin de semana. Y de este hecho sorprendente puedo darles dos claros ejemplos.

Primero, la llamada “Noche en Blanco”. Consiste en dos días (viernes y sábado) en los que permanece todo abierto para todo el mundo. ¡Gratis!. 
Y con “todo” me refiero a bares, boliches, museos, teatros, conciertos y espectáculos varios.
Podríamos resumirlo en: “¡Blanca para todos!” ó “Sexo, droga y rock and roll”. Y obviamente gente dada vuelta hasta las 12 del mediodía, vómitos por donde camines con bellas durmientes sobre ellos. Son los días del “vale todo”.

Segundo, la fiesta del "Orgullo gay”. Otra vez las plazas llenas de barras y escenarios, con fiestas hasta las 10 de la mañana. Digamos que gente + gente + gente + gente.
Este evento consiste en una semana de festejos que termina el sábado. En éste día bendito, a la tarde, hay un desfile de carrozas. La procesión va por el centro neurálgico de la ciudad, millones de personas agolpadas para ver a las carrozas con sus reinas a bordo. 

Por la noche de ese mismo glorioso día, todos esos millones de personas que se apretujaron en las calles, ahora se dirigen al barrio consagrado como el “barrio gay”: Chueca.
La verdad que el barrio está buenísimo. Es tal la cantidad de gente que no se puede andar cerca del escenario. 

¡Dos fiestas recomendables 100%!


1 comentario:

  1. juan carlos batman13 de enero de 2010, 13:07

    travestis con cara de caballo? Moria fue para alla?

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